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La amenaza del deterioro psíquico

Disminución de la memoria y riesgo de demencias

El paso del tiempo no siempre es sinónimo de alteraciones cognitivas, pero la prevención y el cuidado deben comenzar temprano.

¿Hay una receta que nos ponga a salvo de la declinación cognitiva a menudo asociada al inevitable paso de los años?

Todo parece indicar que no. Pero algunas pistas pueden servir de guía.

“Aún cuando se atraviese un proceso de envejecimiento normal, existe una amplia variación de persona en persona. Pero hay algo cierto: la declinación mental asociada con la edad no es inevitable”, asegura el doctor Andrea Ricardo Genazzani, miembro del comité científico del XI Congreso Mundial de Menopausia que se realizará en Buenos Aires entre los días 18 y 22 de octubre, y director del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Pisa, Italia. Genazzani añade que la evidencia epidemiológica sugiere que haber alcanzado logros importantes en materia de trabajo o educación, junto con bajos niveles de stress, el ser físicamente activo y participar a menudo de actividades que pongan en juego aspectos sociales e intelectuales se asocian con una disminución mucho más lenta en la declinación cognitiva a medida que se envejece, y por lo tanto estos factores pueden reducir el riesgo de alteraciones.

“En cambio –dice el especialista italiano-, hábitos como fumar o la ingesta excesiva de alcohol, o enfermedades como la diabetes, la hipertensión o las dislipidemias (elevados niveles de lípidos) elevan el riesgo neurocognitivo.”

El papel de los estrógenos

No está claro qué fármacos tendrían la capacidad de frenar la cascada de eventos que aceleran el envejecimiento mental. “Potenciadores y protectores cognitivos (como los antioxidantes y los anti inflamatorios) –agrega Genazzani- podrían tener impacto positivo sobre las redes neuronales y proveerlas de una suerte de reserva cognitiva para enfrentar el envejecimiento.”

En cuanto a los estrógenos, Genazzani advierte que este conjunto de hormonas desempeña numerosos efectos neuroprotectores, desde disminuir las proteínas cuya acumulación se vincula con la enfermedad de Alzheimer hasta la promover la plasticidad neuronal.

“Por eso, y debido a su disminución durante la menopausia, algunas mujeres pueden presentar síntomas vinculados con trastornos del sistema nervioso central, como cambios de humor, ansiedad, depresión, insomnio o dolores de cabeza y alteraciones cognitivas”, afirma el especialista italiano.

Y el doctor Victor W. Henderson, del Departamento de Neurología de la Universidad de Stanford, California, EE.UU, explica que precisamente debido a la potencial influencia de los estrógenos sobre los procesos cerebrales implicados en todas las funciones superiores se pensó que su utilización luego de la menopausia disminuiría el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, y del deterioro cognitivo.

Sin embargo, la evidencia obtenida hasta ahora a partir del Women´s Health Initiative Memory Study (WHIMS), donde se indicaron estrógenos combinados o no con progestágenos a mujeres mayores de 64 años arroja resultados que contradicen la expectativa: la administración de hormonas en este grupo de pacientes aumentó el riesgo de demencias y enfermedades asociadas.

La hipótesis de la ventana crítica

De todas maneras, no todos son puntos en contra para la terapia de reemplazo hormonal (TRH). “Los resultados del WHIMS no deben ser generalizados hacia las mujeres que utilizan sustitución hormonal durante la transición menopáusica o los primeros años de ese período–advierte el doctor Henderson-. De hecho, la TRH es a menudo indicada en estas mujeres, más jóvenes, y da buenos resultados en el tratamiento de síntomas vasomotores. Por eso si bien no existe evidencia clínica que demuestre que el reemplazo hormonal protege contra el Alzheimer y patologías asociadas, hace falta más investigación para determinar qué impacto tiene la edad en que la mujer comienza el tratamiento en el riesgo de demencias.”

“Numerosas observaciones y estudios longitudinales sobre mujeres sanas con sintomatología típica de la posmenopausia (1) sugieren que la utilización de TRH en estos casos mejoró la memoria verbal, la atención, la capacidad de razonamiento y la velocidad de respuesta motora –dijo el doctor Genazzani-. Las evidencias sugieren que el tratamiento con estrógenos durante la postmenopausia temprana atenuaría el impacto cognitivo del envejecimiento más tarde en sus vidas. Lo que queda por establecer es cuál es esa ventana crítica vinculada con la edad de la mujer que determina que la administración de hormonas demore o disminuya los cambios cognitivos de la menopausia.”

Atención con la tiroides

El doctor Adolf Schindler, del Instituto de Investigación Médica y Educación de la Universidad de Essen, Alemania, explica que las alteraciones de la función tiroidea aumentan con los años y que las mujeres están más expuestas que los hombres.

“La falla tiroidea puede asociarse con estado de ánimo depresivo, o dificultades cognitivas como pérdida de la memoria, que también son síntomas comunes durante la menopausia –advierte el experto-. Por eso es recomendable examinar la función tiroidea en las mujeres durante este período, ya que el problema puede manifestarse en forma subclínica.”

La disfunción tiroidea tiene impacto cardiovascular y sobre el metabolismo óseo, aspectos que también se alteran durante la menopausia.

(1) cambios de humor, ansiedad, depresión, insomnio, dolores de cabeza, alteraciones cognitivas (memoria, concentración, atención, etc.), secundarias a la disminución de los estrógenos.

Sección "Comunidad"

  • En la Sección Comunidad podrá encontrar información relacionada con la Salud de la Mujer después de los 40 años.
  • Esta información no es un consejo o una prescripción médica, y de ninguna manera intenta sustituir la evaluación de salud provista por su médico personal.
  • Esta información tiene el objetivo de brindar conocimientos generales a las mujeres que atraviesan o no por la etapa del climaterio y la menopausia.
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