Como está demostrado por todas las sociedad científicas la edad materna avanzada (EMA), definida como mayor a 40 años, constituye un factor de riesgo de pérdida de embarazos, malformaciones fetales, abortos y complicaciones obstétricas. Estos son hechos que se basan en observaciones centenarias, sin embargo, en la actualidad las mujeres retrasan el proyecto materno para perseguir objetivos educacionales y de carrera en mayor número que nunca antes.
Como resultado de ello, los médicos reciben cada vez más frecuentemente embarazos complicados por la edad y sus patologías asociadas. En la sociedad actual el retrato de la joven mujer mayor de 40 años, capaz de planificar sus necesidades reproductivas y conciliar la vida familiar y el trabajo, ha generado el mito de que "se puede tener todo", y rara vez se tienen en cuenta los peligros inherentes al embarazo en EMA, sin contar la necesidad en la mayoría de los casos de la ayuda de tratamientos de reproducción asistida para lograrlo
La causa del cambio de paradigma moderno en materia de reproducción es multifactorial. Probablemente comenzó en la década de 1960, con la aparición de la píldora anticonceptiva y su uso seguro, cómodo y eficaz que proporciono a las mujeres la oportunidad de controlar sus propios destinos reproductivos, junto con ello el cambio socio-cultural que no solo les permitió desarrollarse intelectualmente e ingresar al mundo laboral sino que instaló el concepto de que para lograr autonomía personal, las mujeres jóvenes deben lograr sus metas educativas y establecer una carrera profesional antes del matrimonio y la familia.
En términos biológicos la edad reproductiva ideal es entre los 15 y 25 años, sin embargo desde la perspectiva del desarrollo laboral la edad más conveniente es entre los 35 y 45 años, edad en la cual la fertilidad comienza a declinar abruptamente.
En la últimas décadas se registro en américa latina un aumento acelerado de nacimientos en mujeres mayores de 40 años, lo que va de la mano de la eficacia cada vez mayor de las técnicas de reproducción asistida y la posibilidad de ser madres que brinda a las mujeres menopáusicas la donación de óvulos. Otro factor que va a modificar las estadísticas nacionales en años subsiguientes es el hecho de que al existir una Ley de Reproducción asistida en el país la accesibilidad a dichos tratamientos es cada vez mayor.
Es importante que la sociedad tenga en cuenta que las pacientes de EMA sufren una variedad de trastornos médicos, en función de la edad que son proporcionales al avance de la misma, y que los convierte en embarazos de riesgo. Es mayor la posibilidad de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes gestacional, hipertensión inducida por el embarazo, preeclapmsia, eventos cardiovasculares, desprendimientos de placenta, que muchas veces derivan en nacimientos de niños prematuros con sus respectivas consecuencias médicas. Un hecho no menor es el elevado riesgo de alteraciones cromosómicas luego de los 40 años.
Por lo antes expuesto es muy importante que la sociedad se concientice a cerca de que en muchos casos el mejor “momento profesional” para tener hijos no coincide con el mejor “momento biológico”, tratando de lograr un equilibrio profesional-familiar que no derive en riesgos para la salud de la mujer y el niño por nacer.
Fuentes:
Red Latinoamericana de Reproducción Asistida
Reproduction at an advanced maternal age and maternal health. M V. Sauer. Fertil Steril 2015;103:1136-1146.
Dra. Graciela Lopez de Degani
Especialista en Ginecología Y Obstetricia. Especialista en Medicina Reproductiva.
Directora Regional de SAMER
Directora de Filial Litoral Sur de AAPEC
Directora de CERFH .www.cerfhparana.com.ar
